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La autonomía emocional es sinónimo de libertad emocional.
Es la capacidad de responsabilizarte de lo que piensas, sientes, dices y actúas; teniendo la flexibilidad de tomar tus propias decisiones y hacerte cargo de las mismas. Es decir, hacerte responsable de quien eres, de cómo eres y de lo que haces.
La libertad emocional implica ser libre a nivel mental, emocional, sentimental, espiritual y económico.
Para alcanzar el desarrollo de autonomía emocional se requiere la adquisición y maduración de las capacidades personales básicas, entre las que se encuentran la autoestima, actitud positiva ante la vida, responsabilidad, capacidad para analizar críticamente las normas sociales, la capacidad para buscar ayuda y recursos, así como la autoeficacia emocional (percepción de que ser capaz de manejar las relaciones sociales y personales). Así como también el desarrollo de la automotivación, resiliencia y responsabilidad de tomar las propias decisiones, haciéndote cargo de sus consecuencias.
La habilidad de desarrollar la autonomía emocional te permite tener una relación de armonía contigo mismo y con los demás, fomentando el bienestar y una vida sana mentalmente.
Las capacidades y las destrezas de autonomía emocional se aprenden en el ámbito familiar con el ejemplo desde el nacimiento y se desarrollan a lo largo de la vida con la interacción con los padres, familia, escuela y contexto social en el que se desenvuelve.
"La autonomía emocional es un estado afectivo caracterizado por gestionar las propias emociones, sentirse seguro sobre sus propias elecciones y objetivos". Noom, Dekovié y Meeus (2001).
La autonomía, “es la posibilidad de actuar y pensar sin depender del deseo de otras u otros y de seguir las propias reglas”.
Ser autónomo es ser tu propia autoridad para definir qué quieres, cómo quieres y cuándo quieres, sin dudar de tus objetivos, valores y sin cerrarte a escuchar sugerencias que puede ayudarte a tomar una decisión o llevar a cabo una acción.
"La autonomía emocional es un estado afectivo que se caracteriza porque la persona es capaz de sentir sus propias emociones y estar segur@ sobre sus elecciones y objetivos aunque en ocasiones el resultado no sea necesariamente el más exitoso. Es capaz de asumir tanto el éxito como el fracaso"
La autonomía emocional permite que seas dueño de tus propias emociones y que las vivas y experimentes de una manera constructiva y sana para tu bienestar y que nadie influya en tu estado de ánimo a pesar de las palabras, acciones y provocaciones destructivas de otras personas y solo tu puedas decidir y elegir cómo quieres estar.
Tener una adecuada autonomía emocional implica tener la habilidad de elegir una conducta asertiva ante los problemas y situaciones de la vida, evitando comportamientos que pongan en riesgo tu estabilidad y la de los demás a pesar de la presiones que puedas experimentar.
Es importante diferenciar entre independencia y autonomía, porque existen personas que son independientes en el ámbito laboral, manejando su economía adecuadamente, pero no tienen autonomía emocional en sus relaciones de pareja, familia, etc.
“Autonomía es perderle el miedo a la libertad”, porque una persona autónoma es una persona libre". Erich Fromm.
Para alcanzar la autonomía y libertad emocional que te mereces, necesitas desarrollar las capacidades: Autoestima: la autoestima implica tener una imagen positiva de ti mismo; estar satisfecho contigo mismo y mantener buenas relaciones contigo mismo, manteniendo un lenguaje interno sano, utilizando pensamientos positivos y alentadores de lo que eres y haces, confiando en tus capacidades y habilidades para un buen desenvolvimiento en todos los ámbitos, tanto familiar, sentimental, de pareja, laboral y social.
Actitud positiva: es la habilidad de tener una actitud positiva ante todas las circunstacias que se te presentan.
"Tienes dos opciones de vivir la vida: como víctima y sentirte víctima de tus miedos, fracasos, victorias, de tu trabajo, familia o bien vivir la vida como protagonista y manejar de una manera sana tus miedos, fracasos, victorias, trabajo, familia, etc. La diferencia está en que si eres víctima, tu percepción de ti mismo será negativa y destructiva, y si eres protagonista tienes la capacidad de decidir, crear, mejorar, etc."
Responsabilidad: Asumir la responsabilidad de tus actos y de las decisiones que tomas ante cualquier situación y reconocer las consecuencias de tus decisiones y de tus acciones te ayuda a ser dueño de ti y de tus acciones sin la necesidad de depender de las opiniones y decisiones de los demás.
Autoeficacia emocional: Es la habilidad de percibirte a ti mismo capaz de sentirte como deseas, aceptando tu propia experiencia emocional, tanto si es única y excéntrica o si es culturalmente convencional.
Análisis crítico de normas sociales: Es la capacidad para evaluar críticamente los mensajes, normas sociales, culturales y comportamientos personales para no adoptar los modelos estereotipados de la sociedad irreflexiva y acrítica.
Resiliencia: Es la capacidad para utilizar las estrategias y herramientas necesarias para enfrentarte con éxito ante situaciones adversas (pandemía, pobreza, guerras, etc.).
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