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CONFLICTOS
"Son aquellas situaciones de disputa o divergencia en las que existe una contraposición de intereses, necesidades, sentimientos, objetivos, conductas, percepciones, valores y/o afectos entre individuos o grupos que definen sus metas como mutuamente incompatibles".
El significado negativo de la palabra conflicto, es tensión, riña, enfado, malestar, incomodidad. Este concepto de conflicto es consecuencia del conflicto mal resuelto, pero este puede llegar a ser positivo si se plantea y afronta adecuadamente.
El conflicto es negativo cuando:
Las dos partes intentan demostrar que el otro no tiene razón.
El objetivo es ganar y que el otro pierda para fortalecer el ego.
La escucha es hostil, dedicada a encontrar debilidades y rechazar puntos de vista.
Defiendes creencias y supuestos como si fueran verdades, cuando son únicamente percepciones.
Emites críticas destructivas que no ayudan a resolver el problema sino a activar mecanismos de defensa al sentirse el otro atacado/a.
Defiendes tu posición como la mejor solución.
Creas una actitud de pensamiento absoluto, lo importante es tener razón y no resolver el problema.
Rechazas la posición del otro sin considerar los sentimientos o necesidades y generalmente infravaloras y humillas a la persona con la que debates por miedo a sentir que te equivocas.
Exiges que las cosas se realicen a tu manera sin tener en cuenta las necesidades del otro.
Generalizas todos los problemas o actitudes como "siempre, nunca". “Siempre eres así, nunca eres detallista“
El conflicto bien llevado es positivo y produce cambios cuando:
Las partes trabajan para lograr un entendimiento mutuo para que la meta sea "tu ganas, yo gano".
El objetivo es alcanzar un planteamiento del problema adecuado para llegar a resolverlo y encontrar acuerdos.
La escucha es activa para comprender mejor las necesidades, sentimientos e intereses de la otra parte.
Te das cuenta de las creencias y suposiciones que afectan a tú relación interpersonal.
Reflexionas sobre tu posición, llegando a aceptar si estas errado en tu apreciación.
Te abres ante la posibilidad de escuchar posibles soluciones.
Creas una actitud de pensamiento abierto, aceptas tus errores y cambias tus ideas si es necesario.
Buscas acuerdos básicos.
Te preocupas auténticamente por la otra persona y no buscas infravalorar ni ofender.
Explicas cómo te sientes en lugar de calificar la acción del otro, asumiendo la responsabilidad de tus propias acciones.
En las interrelaciones familiares, de pareja, sociales, laborales y hasta incluso personales, existen conflictos. En cualquier contacto interpersonal real y sano hay conflictos o problemas. Al evadir o esconder un conflicto no se generan relaciones verdaderas sino relaciones basadas en el miedo al rechazo, a la desaprobación, al miedo al conflicto.
Evitar o esconder un conflicto produce una armonía y bienestar falso, en donde los resentimientos y desacuerdos en cualquier momento están a punto de estallar y muchas veces por pequeñas o insignificantes situaciones se desencadenan explosiones de ira o enojo, produciéndose incongruencia entre la dimensión de la situación y la dimensión de la reacción.
Es importante aprender a expresar asertivamente la situación problema, para que el mensaje llegue de una manera adecuada al otro.
"El problema es cuestión de percepción. Lo que es problema para ti, tal vez no lo sea para mi y lo que es problema para mi, de pronto no lo sea para ti"
Aceptar lo que le afecta o le molesta al otro sin juzgar es sinónimo de ser emocionalmente inteligente, para que en lo posterior se pueda llegar a acuerdos equilibrados y sanos que no perjudique y dañe las necesidades o intereses de ambas partes.
"La formulación de un problema es más importante que su solución". Albert Einstein
Todo problema aparece por una causa o necesidad y es necesario que plantees tu necesidad de una manera adecuada para que tu necesidad se la entienda y se logre de una manera concienzuda satisfacerla y si no se logra resolver el problema a corto plazo, lo más importante es descargar de una manera sana tu malestar o incomodidad primero para liberarte de esa carga emocional y luego para que poco a poco encuentres alternativas de solución al problema.
"Es importante no reprimir tus desacuerdos o necesidades porque en tu interior se acumulan inconformidades y luego resentimientos para que en cualquier momento, toda esa carga emocional estalle, sea en forma de enfermedad física (gastritis, dolor de cabeza, de cuello, úlcera, etc) o psicológica (depresión, ansiedad, estrés, problemas alimenticios, etc.)"
Conflicto no es sinónimo de violencia y agresión. Conflicto es simplemente diferencia de opiniones, percepciones, puntos de vista, intereses y necesidades, lo cual provoca posiciones contrapuestas. Todos somos diferentes unos de otros, lo cual te hace ser único e irrepetible, permitiéndote enriquecerte de la diversidad de conceptos y opiniones que te hace crecer como persona.
El conflicto se convierte en violencia cuando no es bien llevado, cuando lo evades, cuando lo reprimes, cuando no existe un buen planteamiento del problema, cuando no lo expresas con asertividad, cuando utilizas adjetivos que activan el mecanismo de defensa del otro (eres inpuntual, eres malo, etc), cuando la persona se siente juzgada y atacada tiende a atacar. “No es lo mismo decir me afecta que me hagas quedar mal delante de los otros, que decir "eres un ignorante e idiota cuando me haces quedar mal", es decir, es la forma en la que formulas el problema.
El miedo, la ambigüedad (si pero no), el aceptar con peros no es aceptar, el querer agradar a todos, la falta de confianza de ti mismo y a los demás hace que no se hable de una manera clara sobre la emoción o situación problema, generando evasión y secretismo.
Para llegar a acuerdos para la solución del problema se requiere seguridad, ideas claras, exponer tu opinión o desacuerdo de una manera valiente, sin ataques, ni rodeos e indirectas.
Los juicios sin valor, la intolerancia, la prepotencia, el querer siempre ganar por ganar, siempre llevarse la razón, la terquedad y el control hacia los demás no te permitirá tener una relación armónica ni contigo, ni con los demás, peor aún enfrentarse y solucionar un problema.
"Enfrentarse con determinación al problema, no a las otras personas" Joseph Conrad.
La clave es dejar el orgullo, el ego y fortalecer la valentía y autoestima para aceptar cuando te equivocas. La clave es la comunicación, expresar y escuchar para exponer lo que ocurre y resolverlo. Si no hay conflicto, no hay oportunidad de cambio en la relación.
"Solo cuando se expresa con sinceridad lo que piensas y sientes, la otra persona llegará a conocerte y la relación se volverá más sincera y sana y por ende, cuando se presenten problemas o dificultades será mucho más fácil enfrentarlos y resolverlos para que haya un ganar-ganar entre las partes."
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