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Actualmente la capacidad empática ha disminuido considerablemente, las relaciones personales son débiles y los vínculos ya no tienen nada que ver con la amistad y cariño sino van de acuerdo a la conveniencia social, económica y política; degradándose cada vez más la sociedad, yendo paulatinamente hacia el egoísmo y una carencia de empatía en que solo hay preocupación por el beneficio propio y no de los demás.
La sociedad es menos empática y más egoísta, encontrando personas que no les importa lo que tengan que hacer, ni a quien tengan que dañar, hasta incluso a la familia, madre o padre con el fin de lograr sus propios objetivos.
Además, la información permanente de situaciones dramáticas y dolorosas que se recibe a través de redes sociales y medios de comunicación hace que al cerebro le cuesta mas procesar imágenes que son impactantes, por la constante repetición. Estas noticias van perdiendo poder para tomar conciencia, mostrar empatía y solidaridad con las personas que las sufren.
A nivel mundial, tanto en el ámbito familiar, social, político, etc. existen personas con niveles muy bajos de empatía o ausencia de esta; no son capaces de comprender los sentimientos de los demás ante una determinada situación. No existe el nivel de conciencia para preguntarse cómo se pueden sentir los demás ante sus acciones o comentarios, carecen de esa habilidad llamada empatía. No pueden establecer relaciones de igualdad con la otra persona, lo hacen desde la superioridad o desde la inferioridad.
En la Política, cuando inician las campañas electorales, los candidatos a presidentes, alcaldes y demás dignidades hablan de proyectos y promesas.
Pero la gran pregunta es: les interesa el bien común y las necesidades de la gente?, o solo velan por sus intereses económicos y políticos para mantenerse en el poder?
Hoy en día se evidencia la falta total o parcial de empatía en algunos candidatos. Están alejados de la realidad nacional, la pobreza y el sufrimiento de los demás; produciendo a nivel ciudadano incredulidad y apatía, poniendo en riesgo el futuro de las próximas generaciones.
Los partidos políticos dejaron de ocuparse de la gente y el bienestar común, ya no es el objetivo, sino conseguir el poder con la mayoría de votos para manejar el país a su antojo y solo asegurando el confort y comodidad de sí mismos y de sus seguidores.
Confiemos que los votantes no olviden que estos candidatos solo empatizan con los ciudadanos en el periodo de elecciones y cuando se requiere su apoyo y ayuda prefieren su conveniencia antes que el servicio público.
Los políticos siempre hacen lo mismo: prometen construir un puente aunque no haya río. Nikita Jruschov, dirigente de la URSS
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